Columna

Luz de gas

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Novedades

La puesta de la obra Luz de gas del dramaturgo inglés Patrick Hamilton, poco conocida en México y, por ende, en La Laguna, inicia el camino que tiene por recorrer para llegar a significarle algo al público lagunero.

Va de la mano de Enrique Esquivel, quien hacía ya bastante tiempo que no ejercía el oficio de director para los laguneros; además, se les unen Karina Carrasco, Alam Sarmiento y Jesús Aviña, figuras altamente reconocibles en nuestra escena por su presencia constante, pero que no habían actuado juntos.

Ellos, actores maduros pertenecientes a escuelas de formación teatral disímiles, en conjunto con un director cuya visión creativa rebasa ciertos estándares, logran una obra que privilegia el diálogo, la acción dramática, la ambientación, y una sólida construcción de los personajes.

La dirección –que da equilibrio a todos los esfuerzos-, se apoya en dos pilares muy firmes. El primero es el desempeño histriónico de Alam Sarmiento (Sr. Manningham) y de Jesús Aviña (Inspector Rough). Son actuaciones sobrias, cargadas de emoción, que respetan el campo emocional de sus personajes. La actuación de Karina Carrasco (Sra. Manningham) tiene dos sentidos a causa del todo de la obra. Es que su tema no es fácil de asir. ¿Es un thriller o es el trayecto de la heroína hacia su redención?
La historia se centra en que el Sr. Manningham quiere volver loca a su nueva esposa, Sra. Manningham, para buscar tranquilamente las joyas de la esposa anterior, a la que asesinó tiempo atrás. El inspector Rough le sigue la pista, y pone en alerta a la actual consorte. Su esfuerzo se centra no tanto en demostrar la culpabilidad del esposo, sino en convencer a la Sra. Manningham del engaño del que ha sido víctima. Seguir leyendo

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El Juego de la verdad

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Mujeres juntas…

Cinco amigas, antaño íntimas, ora neuróticas, putas, borrachas, vengativas y perversas, se reúnen tras más de veinte años de distanciamiento.

En esta clase de reuniones, una vez que se agotan las formalidades del “ponerse al corriente”, surgen los reproches por la frustración provocada en el pasado que, en lugar de ser motivo de remembranza, se convierte en motivo para agredirse en el presente.

La que convoca a la reunión en su casa, Laura (Rocío Luján-Elena Reyes), quiere descubrir quién se acuesta con su marido. No piensa en nadie más que en sus amigas, porque su lógica femenina le hace intuir que un amigo te hiere de frente, pero con frecuencia lo hace por la espalda.

El espectador sospecha de la más puta, Julia (Cony Múzquiz), ya que ella ha hablado durante toda la noche de sus encuentros sexuales de ocasión y defiende su putez vehementemente. Pero no fue ella la que se metió con el marido de Laura.

Para sorpresa de propios y extraños, se descubre que fue Carmina (Teresa Muñoz) la que se acostó con el marido. Sorpresa porque antes, hemos descubierto que ella es lesbiana, que tuvo sus primeros escarceos homosexuales con Azalia (Judith Abadié).

Los corridos norteños nos han enseñado que hay que tener cuidado si una hembra se encuentra herida. Carmina ha sido capaz de llegar a tal grado de agresión porque siempre estuvo enamorada de Laura, y nunca pudo tenerla. La única forma que dilucidó para estar cerca de ella fue tirarse al marido e invadir su casa.

La frágil amistad se ha destruido por completo. Nadie se salva, ni siquiera Silvia (Ana Lucía Matouk) quien hizo todo por mantenerse al margen, como un testigo morboso que contempla un accidente, pero que terminó por involucrarse y formar parte de las ruinas.

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Retrato esperpento de Édgar Lacolz

Ahora que resulta fácil publicar (nótese que dije que ahora es fácil publicar, que no ser leído), la pregunta por la razón de la escritura se hace más necesaria. Es decir ¿por qué alguien escribe un libro y lo publica? Con todas las posibilidades actuales, y con esto me refiero al Internet y todos sus portales de películas y videos, música y videojuegos; ahora con las consolas como el Xbox y similares, yo diría que no necesariamente se escribe para entretener. Lo que quiero decir es que ese no sería el único fin de la escritura hoy en día, ya que si así lo fuera los libros carecerían de razón de existir. Si hablamos de entretenimiento puro yo diría que una película o un videojuego tendrían la posibilidad de cubrir esa necesidad de una mejor manera, lo apunto por experiencia propia. Seguir leyendo

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¿Qué leer?

Considero que tengo una responsabilidad enorme en lo que respondo cuando me preguntan ¿qué leo? ¿por qué lees? ¿qué me recomiendas? ¿por dónde debo empezar a leer? Esas preguntas se las debo a los amigos que han venido a mí, y que han confiado en mí, con la necesidad de una respuesta. Tomo entonces esas preguntas como incentivo para escribir esto.

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