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SÁBADO TEATRAL… ¡EN LERDO!

Era un día muy hermoso, un viernes frío, un viernes de cerveza, un viernes de bobear en Facebook y de ser sorprendido con una noticia espectacular: Cony Múzquiz compartió un evento. Presentaría una obra de su propia inspiración, con el grupo de teatro de la IBERO, en la ciudad jardín, la tierra que Juan Gabriel escogió para probar la nieve Chepo. Me refiero, obviamente, a ciudad Lerdo, Dgo.

La cita sería el sábado 12 de noviembre del annus dei 2016, en el teatro Centauro. Si existe algún lector que haya seguido mis publicaciones, se habrá dado cuenta que jamás, hasta ahora, he comentado nada sobre este recinto cultural lerdinense.

Si Lerdópolis no ha aparecido en mis escritos, no ha sido por falta de interés. A veces las coincidencias no coinciden, mis deseos no hacen esquina con las posibilidades, a veces me ocupo en otros menesteres, o simplemente yo no había puesto atención.

“Haiga sido como haiga sido”, ahí me tienen el día señalado, a medio día, dispuesto a disfrutar la obra. Entonces, me doy cuenta de que estoy en un festival de teatro estudiantil del CIESLAG, que se presentarán no una, sino cuatro obras durante un lapso de dos horas… o más. Seguir leyendo

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ELLA Y ÉL, NOSOTROS, USTEDES Y ELLOS…

Hablando en teatro, hay ocasiones en que vemos una obra cuyo texto es muy bueno y sus actuaciones muy malas. Otras en que el texto debería arrojarse al relleno sanitario, pero es rescatado por las actuaciones. Hay una tercera ocasión en la que el texto es buenísimo y las actuaciones se ponen a la altura, o les falta un pequeño porcentaje para lograr la excelencia.

En ésta última clasificación es donde yo veo a Ella y él de Jean Pierre Martínez, dirigida por Elena Reyes, presentada en uno de mis lugares favoritos de Torreón, Casa Aquelarre.

No me acuerdo cuándo fue que dije que el teatro que se hace en Casa Aquelarre se inclina a la cuestión de género, pero lo dije. O sea que allí veíamos puras obras protagonizadas por mujeres, y en tono de tragedia.

Pues ahora se nos ofrece un cambio. Equilibran la cuestión de género –más o menos- y exploran la comedia.

En Ella y él vemos a tres parejas de diversas edades, en circunstancias totalmente diferentes, viviendo su relación de amor –si es que eso existe.

Estrictamente hablando, es lugar común escribir sobre los problemas de las relaciones amorosas vividas en pareja. El mundo del cine norteamericano reboza de esas cursilerías, y en el teatro también la hemos padecido con pendejadas como Te amo, eres lo máximo, pero cambia o como menos se le conoce I love you, you’re perfect, now change de Joey DiPietro y Jimmy Roberts. No menciono otras que he leído y visto porque me da pena. Seguir leyendo

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¿Vodevil o Vaudeville?

El 2 de julio del presente año, podrá ser olvidado porque no es el 2 de octubre, pero tuvo algo digno de destacarse: el estreno de la comedia Vodevil de Hugo Daniel Marcos, en el teatro Nazas, dirigida por Cony Múzquiz.

Por un momento me trasladé en el tiempo, entre siete y diez años atrás, cuando era frecuente que se montara Cianuro, ¿solo o con leche? de Juan José Alonso Millán, Apenas son las cuatro y ¿Huele a gas? ambas de Tomás Urtusástegui, no se diga cualquier comedia de Emilio Carballido o de Alejandro Licona, y Mi mujer es el plomero del mismo Hugo Daniel Marcos. Por alguna extraña razón me acordé de Antonio González Balquier. Ha de ser porque fue él quien me explicó lo que eran los subgéneros de la comedia. En fin…

Eran tiempos en que la comedia era muy socorrida por grupos estudiantiles, porque les era fácil producir. Además, tenían, o tienen todavía un público que las acepta y que se divierte con ellas.

Vodevil coincide con las presentaciones de las comedias Ella y él de Jean Pierre Martínez, dirigida por Elena Reyes en Casa Aquelarre, y con Payaso, espectáculo de La Tropa Cachivaches en Plan B Estudio Teatro.

Lo menciono porque el panorama general de mitad de año, nos indica que nuestro teatro ha sido muy solemne. Y ver Vodevil –menciono solamente esta obra porque es la que motiva el comentario- me recordó que existe otro estilo de teatro, otro género, la comedia. Seguir leyendo

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FITNESS CLUB O ¡QUÉ BIEN TE ESTÁ CAYENDO EL SPINNING!

Leer no es malo

Los días 15 y 23 de junio de este glorioso año –es glorioso porque se me da la gana decirlo-, tuvo lugar la lectura dramatizada de Fitness club, de mi compañero-amigo-hermano, Alfredo Loera, en el Teatro Nazas y en Casa Aquelarre, respectivamente.

En la lectura participaron More Barret, Cony Múzquiz, Elena Reyes, Teresa Muñoz y Ángel Talamantes (como el Instructor y lector de las acotaciones); con una buena asistencia del público en ambos recintos teatrales. Y eso que no hubo sangre, ni orines, ni nuevos planos conceptuales de la escena ligada a los problemas sociales que provocan el capitalismo voraz, sino actores leyendo, simple y llanamente, el primer texto dramático de mi compinche-wing man-camarada Alfredo Loera.

Quiero destacar el hecho de que, si bien una lectura dramatizada no es del todo un hecho escénico, permite contemplar varios aspectos todavía teatrales. Por ejemplo, se puede ver algo de dirección, cierto grado de interpretación y, lo que pareciera ser rarísimo, un actor leyendo.

A mí me gusta mucho cómo leen Cony Múzquiz, Elena Reyes y Teresa Muñoz, y no me desagradó para nada las participaciones de Ángel Talamantes y de More Barret. Es que leer no es malo, sino bueno, de veras, puede intentarse, no hay corriente estética que lo prohíba. En nuestra revista hay algunos artículos que hablan sobre la lectura. Los recomiendo. Seguir leyendo

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BREVE MEMORIA DE UNA JORNADA EN EL TEATRO

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19/04/2016 17:00 hrs.

Estoy en el Teatro Nazas, esperando entrar a ver Mi mejor amigo del ing. Benjamín Gómez Jiménez con el grupo Héroes en Escena, y A señas te enseño, espectáculo dirigido por Cony Múzquiz con el grupo Miradas y Señas, en el Primer Foro Escénico de la Laguna.

Traigo en mente todo lo que sé de ambos grupos. Sé que su trayectoria es sólida, que los directores se han esforzado al máximo por sostener las compañías, y sobre todo que luchan por hacer un teatro incluyente.

Esta doble presentación, inició con la primera parte de Mi mejor amigo, obra para niños, en la que veintitrés personas discapacitadas cuentan cómo Sami encuentra un perrito llamado Caruso, cómo lo adopta como mascota, y cómo hace todo lo posible para rescatarlo de un par de ladrones que lo secuestraron. Por la logística de la doble presentación no se pudo ver si Sami logró su objetivo. Sin embargo, el programa de mano asegura que la historia tiene un final feliz. Seguir leyendo

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El Juego de la verdad

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Mujeres juntas…

Cinco amigas, antaño íntimas, ora neuróticas, putas, borrachas, vengativas y perversas, se reúnen tras más de veinte años de distanciamiento.

En esta clase de reuniones, una vez que se agotan las formalidades del “ponerse al corriente”, surgen los reproches por la frustración provocada en el pasado que, en lugar de ser motivo de remembranza, se convierte en motivo para agredirse en el presente.

La que convoca a la reunión en su casa, Laura (Rocío Luján-Elena Reyes), quiere descubrir quién se acuesta con su marido. No piensa en nadie más que en sus amigas, porque su lógica femenina le hace intuir que un amigo te hiere de frente, pero con frecuencia lo hace por la espalda.

El espectador sospecha de la más puta, Julia (Cony Múzquiz), ya que ella ha hablado durante toda la noche de sus encuentros sexuales de ocasión y defiende su putez vehementemente. Pero no fue ella la que se metió con el marido de Laura.

Para sorpresa de propios y extraños, se descubre que fue Carmina (Teresa Muñoz) la que se acostó con el marido. Sorpresa porque antes, hemos descubierto que ella es lesbiana, que tuvo sus primeros escarceos homosexuales con Azalia (Judith Abadié).

Los corridos norteños nos han enseñado que hay que tener cuidado si una hembra se encuentra herida. Carmina ha sido capaz de llegar a tal grado de agresión porque siempre estuvo enamorada de Laura, y nunca pudo tenerla. La única forma que dilucidó para estar cerca de ella fue tirarse al marido e invadir su casa.

La frágil amistad se ha destruido por completo. Nadie se salva, ni siquiera Silvia (Ana Lucía Matouk) quien hizo todo por mantenerse al margen, como un testigo morboso que contempla un accidente, pero que terminó por involucrarse y formar parte de las ruinas.

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