Columna

VALENTINA Y EL OFICIO

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Es probable que yo fuera uno de los pocos que no había visto Valentina y la sombra del Diablo de Verónica Maldonado por la compañía Aún Teatro. Abandoné mi condición de ignaro el día 24 de abril del presente, dentro de las actividades del FEL, cuando en el Teatro Nazas se volvió a presentar la obra en cuestión.

Entonces, vi cómo una niña, Valentina (interpretada en esta ocasión por Estefanía Hernández Marrufo) era atormentada por la Sombra del Diablo (interpretada en conjunto por Fernando Villagómez, Germán Jiménez, Elizabeth Juárez, Mario del Río). Vi que Valentina acudió al Abuelo Lázaro (Silvestre Murillo), quien le enseñó a ser valiente para vencer sus miedos y así pudiera derrotar a la Sombra.

Esta anécdota es simple sólo en apariencia. El tratamiento y la dirección cargan la obra de una verdadera tensión dramática. O sea, realmente sentimos la lucha entre el bien (Valentina) y el mal (La Sombra), sufrimos porque el mal va ganando, y nos alegramos porque el bien triunfa. Seguir leyendo