Cuento

CASI TODO SOBRE ÉSTE Y SOBRE AQUÉL

CAPÍTULO PRIMERO
UN INSULSO VIAJE EN CHAPALOVE

Esta es una de esas raras veces en que el chámion no va tan lleno y yo no estoy presionado de dejarle el asiento a ancianos cerillitos, a inválidos pediches o a señoras gordas que se suben con mandado y niños. Además, el ChapaLove me arrulla a volantazos y los rayos del sol entran por la ventanilla y se me clavan en los ojos haciéndome soñar. Seguir leyendo

Varios

El pequeño sutra del árbol y del fruto

Capítulo 3: Mara

Fue casi irreal mi encuentro con el abogado. La dirección era de calles cercanas al mercado antiguo de la ciudad. No hallé lugar para estacionarme cerca y tuve que caminar bastantes cuadras recorriendo todo un sector de la ciudad que por poco había olvidado. En mi camino me crucé con un rarámuri vendiendo cigarros y cargadores de iphone, una señora que anunciaba a todo pulmón un veneno “la solución contra las garrapatas”, más adelante una mujer quincuagenaria rapeaba con una base del Cartel de Santa e invitaba a la gente a sentarse en una fonda. Durante todo el trayecto hubo basura, charcos, el olor de perfumes con mucho pachuli, agua de rosas, colonia de flor de naranjo, todos esos aromas mezclados con el olor de las frituras y en las esquinas se les sumaba el hedor de los desperdicios. Las fachadas estaban atestadas de letreros de boticas, de yerberías, anuncios de gente que soba, gente que quita el latido, que levanta la mollera y también de lectura de las cartas y de las manos; todos pintados con colores muy brillantes y aderezados con personajes que nada tienen que ver con lo anunciado como Piolín, Spiderman y Pedro Picapiedra. Y entre dos letreros de ese tipo, debajo de uno de los edificios antiguos de la ciudad, a una puerta y un pasillo largo era a donde me llevaba la dirección que me habían dado. Tras caminar un buen trecho todo cambió. Toqué el timbre de un interfón color titanio en una puerta de seguridad y al escuchar el zumbido entré a otro mundo. Seguir leyendo