Con esto de que se está poniendo de moda el rescate de espacios públicos para la reconstrucción del tejido social, se me ocurre entrar en modo escritor chairo para exigir, desde mi columna, el rescate inmediato de los antiguos cines porno de Torreón, los dos que quedan casi en ruinas: Sala 2001 (Av. Hidalgo entre c. Idelfonso Fuentes y c. Treviño) y Cinema El Dorado (Prol. Treviño, col. Antigua Aceitera).
Es que ando enfermo de nostalgia por el periodo noventero temprano de 1990 a 1994 –clasificación enteramente arbitraria-, cuando todavía no existían taxis –mucho menos el servicio fresa de UBER-, sino carros de sitio y de ruta.
Los carros de ruta, que circulaban por la zona centro de Torreón, fueron fabricados entre los años setentas y ochentas. Además de tener carburador, tenían un estéreo que sólo servía para escuchar casetes y la radio. Como parte de los anuncios publicitarios, se promovía la cartelera cinematográfica del porno de la Compañía Operadora de Teatros: “Emanuel”, “Bellas y jugosas”, “Secretarias Ardientes”, “Emanuel Negra contra Emanuel Blanca”, “La porno motociclista”, “La diputada Cicciolina”, “Xaviera super sexo”. Todo este porno bajo el sistema de permanencia voluntaria –como en todos los cines de la región… la permanencia voluntaria, no el porno-, desde el mediodía hasta la media noche. Seguir leyendo