Columna

Bloqueo de escritor

Es esa enfermedad moderna, creada por el hombre al mismo tiempo que la depresión pos parto, el dolor de espalda, el calentamiento global, el SIDA.

Describe la afección dolorosa que provoca el no poder escribir. Así como lo dijera Vallejo –el César-, “Quiero escribir pero me sale espuma”, pero con un gemido lastimero.

En otras palabras es la incapacidad total momentánea que tiene el escritor, en exclusiva –porque no se aplica a ninguna otra profesión. Es decir, no hay un abogado que diga “ay, no quiero litigar”, no hay un maquillista que diga “ay, no me salen las sombras”.

No terminé la idea. Dije que es la incapacidad total momentánea que priva al escritor de sus facultades grafológicas. O sea, no puede escribir. No puede poner una letra junto con la otra para formar una oración.

En otros casos muestra síntomas de entumecimiento de las cualidades volitivas para continuar con los o tres renglones que escribió en una servilleta, la otra vez que estuvo en la cantina y sintió el llamado de la inspiración.

El síntoma más claro es la queja. El escritor pega un grito estridente, como si recién le hubieran amputado las piernas. Peor que una madre cuando se le pierde el hijo. Más grave que cuando te golpeas el dedo chiquito del pie con una pata de la mesa. Seguir leyendo

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Teatro y turismo

Hoy quiero sorprender al mundo con la siguiente declaración: incluso entre los laguneros hay gente ingenua. Lo peor del caso es que hablan. Peor tantito, opinan sobre teatro. Peor se las platicaré, creen que hay una relación directa entre turismo y teatro.

Es muy fácil decir que la relación entre teatro y turismo es la misma que hay entre teatro y césped pero, para efectos de entretenimiento, analicemos la cuestión.

Hay personas que tienen en su mente la idea de que por hacer teatro la gente de otras latitudes vendrá a La Laguna, y en lugar de saludar a la familia, se gastarán hasta su último centavo en un boleto para entrar al Isauro Martínez. Seguir leyendo

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Las ñoras de antaño

De seguro ustedes saben -porque lo leyeron en Facebook- que el 27 de marzo es el día mundial del teatro. Y en este corriente año hubo actividades en casi todos los recintos culturales, incluso en el Dolores del Río de la Casa de la Cultura Ernestina Gamboa, el cual creíamos inexistente a fuerza de olvido.

Maratones, lecturas dramatizadas, puestas en escena, conferencias… Quisiera haber sido omnipresente para reportarles a placer, pero no lo soy. Tengo otros superpoderes, pero todavía no desarrollo ni la bilocación siquiera.

Y la fiesta continuó… solamente nos faltabas tú… Como parte de las festividades conmemorativas del día mundial del teatro, el 30 de marzo se presentó Las damas de antaño dirigida por Teresa Muñoz, producida por Torrente Teatral, en la Casa Aquelarre, el hogar de la equidad de género. Seguir leyendo

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Un acercamiento al engaño

¿Se puede engañar en la literatura? Yo creo que sí. Yo creo que muchos de los que nos interesamos en las letras, hemos sido víctimas de pseudo maestros de la misma manera en que la gente cae en las garras de OmniLife.

Uno, simple mortal, quiere aprender algo de literatura. Naturalmente busca un maestro que funcione como guía en éste árido paraje lagunero. Ahí anda uno, desposeído de su vocación, con la tímida convicción de que hay con queso las gordas para dedicarse a escribir, no como pasatiempo sino como profesión.

Para no variar, a los maestros se les encuentra encabezando un taller en una institución cultural –o en un café, o en el patio de su casa que es particular-. Se asiste, se toman notas, se leen sus recomendaciones, se le comienza a admirar porque nos revela aspectos vitales ignorados por mucho tiempo.

Luego comenzamos a replicar sus conceptos críticos, dentro de su taller y en nuestros estados de Facebook. La devoción aumenta cuando nos vemos agraciados con un comentario positivo sobre la obra que le presentamos:

-¡Qué maravilla! Ya te lo quiero publicar…

O nos entristecemos porque todavía no logramos el ideal marcado desde la perspectiva magisterial:

-Sí… Mira… Es buen cuento, pero le faltaron putas. Seguir leyendo

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Una estación del metrobús

Se estuvieron dando un tiro la gente de Torreón contra su Ayuntamiento. Quisiera decir que el tiro fue derecho, sin que nadie se metiera, pero el Ayuntamiento agarró piedras, quedando así como el ganador del primer round.

Resumiré la relación de los hechos –ya que en redes sociales se ha difundido a placer la información- para centrarme en mis opiniones al respecto. Se pudiera reducir el asunto a los siguientes eventos:

El Ayuntamiento inició la construcción de una estación de metrobús en los terrenos de una plaza ubicada a la entrada de Torreón, viniendo de Durango. Ésa plaza contaba con una fuente, un chorrito, jardineras, y un torreón. El proyecto del metrobús desde el inicio contempló la destrucción de la fuente y su chorrito, de las jardineras, y el desarmado del monumento para trasladarlo, pieza por pieza, a otro lugar y luego regresarlo a donde mismo.

Un grupo de artistas, arquitectos e historiadores detectaron la acción considerándola como un agravio al patrimonio histórico de la ciudad. Armaron una protesta que incluyó la denuncia en medios de comunicación, redes sociales, y la clausura simbólica de la obra. Seguir leyendo

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No dejen de invitarme…

En Gómez Palacio, Dgo. han habido tres foros culturales, uno por parte del Municipio y los otros dos por parte del Estado.

El primero se llamó “¿Cómo le hacemos?”, título que envidiaría yo cualquier día de la semana para nombrar cualquier cosa que pudiera escribir. El 28 de septiembre del 2016 fuimos convocados a un acto protocolario para luego pasar a los diferentes salones del Centro de Convenciones Francisco Zarco, que se encuentra al lado del Teatro Alberto M. Alvarado.

Hubo diferentes mesas de trabajo. Una para los artistas visuales, otra para los literarios, otra para los músicos, una más para los bailarines, faltaba mencionar una para los urbanos. Y así. Yo me metí a la mesa de trabajo para los teatreros. Coincidí con la Compañía Cometas, Trotamundos, Tolvanera, Héroes en Escena, y otros más sin compañía, como yo, pinche solo ahí, abandonado a mi triste suerte.

El moderador propuso una primera ronda de presentaciones: ¡Holi!, soy Ignacio Garibaldy y me gusta que me digan Nacho. Je sui mexican. Les vengo manejando la escritura dramática, les vengo escribiendo crónica, vivo en gomitoz, llegué caminando porque vivo aquí a la vuelta.

Seguimos con una ronda de intercambio de ideas para mejorar el trabajo en pos de la cultura gomezpalatinense.

Nunca falta alguien que riegue el tepache, o la cagotee, o que orine fuera de la taza del baño. En mi mesa, uno de los artistas que no sé de dónde venía ni por qué llegó tarde, entró para decir algo más o menos así “ustedes son el futuro del teatro, échenle ganas, sobre ustedes recae la responsabilidad”. Creo que le compuse el discurso. Es que me nubló el entendimiento el coraje de escuchar a alguien arengándome a hacer algo que él no puede. Píntele a la chingada, pensé… y dije que “todos, todos tenemos que chingarle”. Seguir leyendo

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Tanta curva y yo sin frenos

Un día 28 de enero –ya se han de imaginar cómo me dolió esa fecha- en Casa Aquelarre se presentó una obra llamada Curva peligrosa de Pilo Galindo, dirigida por Arnulfo Reveles, por la compañía con el nombre más emo que conozco, Detestable Teatro.

Ver esta obra me ayudó a confirmar lo que antes venía sospechando: el teatro juvenil que se produce en la Comarca Lagunera –siempre de iniciación- ha adquirido nuevas características.

Es dinámico; se ha despojado poco a poco de la idea idiota de que debe procurar el cultivo de valores; trata sus temas de una manera directa –aunque no siempre precisa-; su lenguaje se actualiza constantemente; se mantiene libre de gravedades experimentaloides. De ahí se desprende que siga siendo una opción válida para los agentes teatrales. Seguir leyendo

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¡Motívame ésta!

Amigos lectores, tengo traumas. Hay hechos vividos en antaño a los que vuelvo cada cierto tiempo para encabronarme con la misma intensidad. Tengo traumas y soy masoquista.

En el pinche año de 1995, uno de mis profesores de preparatoria –que logré terminar- pretendía amansar a mi grupo -con justa razón- por medio de un video motivacional.

Me acuerdo que quitaron del escritorio el proyector de acetatos, pusieron en su lugar una televisión, le conectaron la videocasetera, y en ella introdujeron un casete en formato VHS. El contenido era una conferencia de un tal Miguel Ángel Cornejo.

El mencionado Miguel Ángel Cornejo era –porque ya se nos adelantó en el 2015- un conferencista, un motivador personal. Hagan de cuenta… el antecedente del doctor César Lozano, ése motivador personal que abarrota el Teatro Nazas y que es la imagen publicitaria del aceite Nutrioli. Seguir leyendo

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DESIERTO, BELLEZA, PROYECTOS

El 17 de enero del recién nacido año 2017, tuvo lugar la inauguración de la exposición colectiva “Del desierto surge la belleza”, en la Universidad La Salle Laguna de esta bendita ciudad de Gómez Palacio, Dgo.

Fueron nada más y nada menos que veintidós artistas plásticos los que expusieron sus obras en un lugar llamado Parque de Innovación, el cual se encuentra dentro del mismo complejo universitario.

Bueno, pues yo tengo varias impresiones al respecto.

La primera es una pregunta: ¿para qué sirven las inauguraciones? Revisemos el asunto en particular. Se invitó al público en general, a personajes distinguidos, a los mismos artistas –con porra incluida.

Luego alguien presentó a los presentables; se hizo la exposición de motivos; se aplaudió discretamente –porque no estábamos en un teibol-; se rindió honor a quien honor merece; se cortó el listón; y por fin se pasó a ver las obras. Como bonus, así como no queriendo la cosa, se degustó queso y vino.

Por cierto, hubo que ponerle falta a los integrantes del Colectivo Itacate. Para quienes no los ubican, les indico que los Itacatianos son aquellos hombres de cordura cuestionable cuya presencia luce tanto como las obras que se exponen. Es que consumen vino y queso cual infante de hospicio. Y no sólo eso, también cargan con bolsas de Soriana las cuales llenan a placer con cualquier comestible.

Yo que noté su ausencia sufrí como una madre… ¿Qué habrían cenado esa noche?, ¿qué desayunarían al día siguiente? No he podido dormir desde entonces. Seguir leyendo

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PRINCIPIOS DE LAGUNERIDAD

Me acabo de inventar un nuevo concepto -que en realidad no es tan nuevo- “laguneridad”, el cual defino como la cualidad de ser lagunero. Una cualidad ontológica y cultural que diferencia al nacido y criado en la Comarca Lagunera del resto de los habitantes del universo.

Al momento sólo puedo enumerar algunos rasgos. Primero, la ubicación geográfica. La “laguneridad” es propia de los que hemos nacido en Torreón, Gómez Palacio, Lerdo –o bien, tenemos cinco años como mínimo de residencia en estas ciudades- que tradicionalmente componen la llamada Comarca Lagunera.

Segundo, la increíble resistencia al sol. Tercero, el completo desconocimiento del clima templado. Cuarto, hablar como si estuviéramos enojados. Quinto, una capacidad extraordinaria para la chinga, ya que, lo que en otras ciudades se da con cierta facilidad, aquí se invierte el doble de esfuerzo, como en la agricultura.

Sexto, la alienación estatal. Es decir que el lagunero es sujeto y objeto de una rivalidad bilateral con las capitales de sus respectivos estados, Durango y Coahuila. Lo que ocasiona que el sentido de pertenencia y el orgullo de decir “soy de Durango” o “soy de Coahuila”, no se venga manejando tanto en La Laguna.

Todavía no estoy al nivel de El perfil del hombre y la cultura en México de Samuel Ramos, ni al de su copia descafeinada, El laberinto de la soledad de Octavio Paz, pero ahí la llevo.

Tampoco están al nivel los que quieren definir al lagunero a partir de los coloquialismos. Decimos “asquel” en lugar de “hormiga pequeña”; sí, sí, decimos “moyote” en lugar de “mosquito”; ¡uy, qué padre decir “cascupia” en lugar de cerveza! (Un taxista de Morelia tenía la incipiente convicción de que así llamamos a la cheve. Lo saqué del error, pero no me desagrada tanto la idea. De hecho, le daré un trago a mi cascupia, ¡salud!).

Por cierto, me acabo de acordar de otro rasgo que incluiré en la lista anterior, como número séptimo: “ser muy gente, y a todo dar”. Les explico por qué. Allá en Cuencamé –AKA Cuencancún, la tierra que el Señor de Mapimí eligió para quedarse-, está el municipio de mis amores, San Pedro de Ocuila, donde hunde sus raíces mi árbol genealógico. Resulta que en las fiestas familiares se contrataba al grupo norteño Los Católicos –que ahora se llama El Retén-, que nos cantaban El Pájaro Prieto, y en sus versos finales hacían un arreglo que les quedaba así: “que la gente de la Laguna, es muy gente, y a todo dar”. ¡Cuánta emoción generaba esa arenga, cantada dos veces según la melodía! Sobra decir que mandábamos traer más cheve. Y más sotol. Seguir leyendo